lunes, marzo 10, 2008
lanzado al mundo a las 4:15 p. m.



- Esto es sobre nosotros.
- No. Esto - respondió - es sobre la destrucción de un paisaje que nunca, nunca, existió.

Tenia razón. Vivíamos en una casa espectral, y por lo tanto, imaginaria. Treinta habitaciones: todas ocupadas por los fantasmas que invocábamos mientras la guerra nos susurraba el fin a lo lejos.

- Estas equivocada - mentí - esto es sobre nosotros. Sobre la estupidez de volver. Soy un idiota por escucharte. Por seguirte hasta aquí. Deberíamos estar donde corresponde, donde debemos.
- Aquí es donde debemos estar. Aquí es donde nos debemos. Esta es nuestra casa - dijo Rocío con demasiada vehemencia para ser tomada en serio.
- Esta no es una casa. Es una tumba. ¿No entiendes? Volverán, y lo sabes. Lo oíste en la radio. Se que lo oíste. - la tensión muscular abandono su rostro - Vienen las bombas y nada de esto quedara.
- Solo los arboles - dijo mirando por la ventana.
- Solo los arboles - susurre, mientras me dirigía a las escaleras.

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