jueves, junio 12, 2008
lanzado al mundo a las 10:47 a. m.


Ahora soy un puntocom.
www.carlosgaona.com

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lunes, marzo 10, 2008
lanzado al mundo a las 4:15 p. m.



- Esto es sobre nosotros.
- No. Esto - respondió - es sobre la destrucción de un paisaje que nunca, nunca, existió.

Tenia razón. Vivíamos en una casa espectral, y por lo tanto, imaginaria. Treinta habitaciones: todas ocupadas por los fantasmas que invocábamos mientras la guerra nos susurraba el fin a lo lejos.

- Estas equivocada - mentí - esto es sobre nosotros. Sobre la estupidez de volver. Soy un idiota por escucharte. Por seguirte hasta aquí. Deberíamos estar donde corresponde, donde debemos.
- Aquí es donde debemos estar. Aquí es donde nos debemos. Esta es nuestra casa - dijo Rocío con demasiada vehemencia para ser tomada en serio.
- Esta no es una casa. Es una tumba. ¿No entiendes? Volverán, y lo sabes. Lo oíste en la radio. Se que lo oíste. - la tensión muscular abandono su rostro - Vienen las bombas y nada de esto quedara.
- Solo los arboles - dijo mirando por la ventana.
- Solo los arboles - susurre, mientras me dirigía a las escaleras.

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domingo, enero 20, 2008
lanzado al mundo a las 3:18 p. m.


Hace varios meses atrás recibí un llamado telefónico. Era David Kushner, autor de Masters of Doom y colaborador de Wired Magazine. Estaba escribiendo una historia alrededor de la muerte de Chris. David estaba investigado un dato, que hasta entonces yo había descubierto pero nunca profundice: otro investigador en Inteligencia Artificial, Push Sighn del MIT, había muerto en circunstancias poco claras.
David tomo la historia que antes otros habían tomado, y la unió con lo que al parecer fue el suicidio de Push Sighn, semanas después de ocurrido el de Chris.
Chris y Push no solo estaban en la investigación de IA, sino que compartían cierto enfoque; ambos también eran canadienses y mantuvieron cierta correspondencia mientras liberaban sus respectivos proyectos, OpenMind y Mindpixel.
Durante este tiempo, y hasta la publicación del articulo titulado "Two AI Pioneers. Two Bizarre Suicides. What Really Happened?", volví un tanto en el tiempo. Debía hacerlo. Tenia cierto sentido de la responsabilidad. Yo tengo aún los archivos de Chris, sus diarios de vida, su computadora, sus libros escritos en -y desde- los márgenes. Entré en sus correos electrónicos, conocí a sus obsesiones y limitaciones. Supe de una vida rota, extraña, brillante. Me reuní con Chris -el ausente- para hablar de sueños y perversiones, de sus hijos y sus amantes.
Si, recordé su muerte y esas horas en las que casi pude tocarla con mis dedos. Pero mejor aún, fui a pasear con el por sus playas y parques favoritos. Recibí, otra vez, sus libros como portales. Aproveche la oportunidad de decirle "gracias", y desearle desde este lado del espejo la suerte de las leyendas.
Quizás, como Roy Batty de Blade Runner, simplemente he wasn't meant to last.

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viernes, diciembre 14, 2007
lanzado al mundo a las 12:30 a. m.



Ardían fuegos en la ciudad. Con su casa a oscuras -la central eléctrica estaba abandonada por aquel entonces-, Tom Hernderson podía ver claramente los fuegos. Se reflejaba como fogatas contra la masa de humo.

Tenía 10 u 11 años, y así partía uno de los cuentos de "El mundo que no veremos", una antología con 12 autores de ciencia ficción. En la portada un hongo atómico hacia del titulo una advertencia. En esos años aún no había visto Blade Runner, 2001 o leído a Bradbury o Asimov. Pero esas 12 historias lo hicieron inevitable. Habíamos sobrevivido a la brutalidad del abismo, y yo quería saber más sobre esos mundos que no son este.

Fast-forward y 14 años después veo mi nombre en la portada de otra antología - Alucinaciones.TXT, "literatura fantástica chilena para e siglo xxi". El primer cuento del libro comienza con:

Era tarde. La noche, densa y oscura, se comprimía bajo la lluvia, y las gotas precipitaban violentamente, como pequeños luchadores de sumo en plan suicida contra la ciudad.

Me reconozco: es mi cuento. Sólo puedo sentirme afortunado, muy afortunado - soy (de alguna manera) un autor.

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viernes, noviembre 23, 2007
lanzado al mundo a las 9:02 a. m.



Jorge Baradit dice que Identidad Suspendida es como Men in Black escrito por Burroughs. Vi Men in Black, pero no he leído Burroughs, así que no puedo confirmarlo, pero de alguna forma suena posible.

En Identidad Suspendida, Amira, que es un autor heredero de la tradición de vanguardia, lanza al lector contra un collage de alta cultura, basura pop y referencias apócrifas - y el gesto es tan literario como plastico. El Amira-artista (ese en transito entre Londres y la Plaza Yungay) utiliza la novela como excusa para introducirnos a una galería de personajes, que como "las buenas" pinturas, dialogan con nosotros.

Al mismo tiempo Identidad Suspendida es como conversar con Amira y su wikipedia mental, con vínculos que van desde lo insufriblemente académico a lo enfermizamente ñoño. En algún lugar entre esos dos puntos están los momentos memorables de la novela - entre el morphing (a toda velocidad) de una persona en ñandu y los saltos enciclopedicos que unen a "harina", "Leonardo Da Vinci", "Freud", y "Holanda".

Identidad Suspendida es una historia de referencias, de cut-ups, de plagio y homenaje, de los otros que están en uno y al mismo tiempo sobre como pertenecemos a esos otros. La trama esta allí para exponer a los personajes de Amira - que son variaciones de Amira - esencialmente al dilema postmo.

El texto es una espiral compuesta de partes móviles, muchas veces inconexas y a ratos incoherentes. Pero gira, se mueve, y como un caleidoscopio, sorprende para luego continuar mutando en pasos discretos - se destruye para reinventarse, se reinventa para destruirse. Esa dinámica creativa, al amparo de la destrucción y el desmembramiento no es casual.

La perdida de limites y el comportamiento borde, son temáticas recurrentes e inevitables en la visión de Amira del mundo como un lugar en sobredosis. Identidad Suspendida es, me atrevería a decir, una novela sobre la ficción que es cada uno. Sobre identidades que siempre son prestadas, porque en nada es realmente genuino, menos nosotros, menos hoy. Y el viaje tiene algo de cuántico: mientras mas te acercas, menos certeza encuentras.

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martes, noviembre 13, 2007
lanzado al mundo a las 6:55 p. m.


Erase una vez, un lugar llamado Chile, donde un par de estudiantes medios hiperventilados con la tecnología armaron una compañía, y no pocos preguntaban ¿como se instala el software?¿Para que, si existe la web?, respondían.
Bueno, hoy la torta se dio vuelta - y para confirmarlo es que mas de 200 personas se reunirán este Sábado 17 de Noviembre en la Biblioteca de Santiago.
Nos vemos en Webprendedor 2007.

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martes, octubre 23, 2007
lanzado al mundo a las 3:39 p. m.
Octubre fue un mes mediatico. Después de un par de declaraciones para la Revista City, respecto a las políticas de innovación, me entero que estoy en YouTube. Luis Saavedra, tío conductor del SciFi nacional, y Rodrigo Mundaca, el gran y venerable maestro de TauZero, han posteado un par de tiradas-a-la-piscina mía. No me hago responsable, me sacaron de contexto, me apretaba el cinturón y tenia gripe. Todo es parte de las actividades del Mes Fantástico de la Biblioteca de Santiago. Ojo, que la próxima semana si que están los rockstars: Jorge Baradit, Franscisca Solar, Alberto Rojas y Francisco Ortega.

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jueves, octubre 18, 2007
lanzado al mundo a las 12:07 p. m.


Como seguramente lo leyeron en blogs mas actualizados, interesantes o leídos que este, el Sábado 20 de Octubre a las 16:00 en la Biblioteca de Santiago se hablará de literatura fantástica. En la mesa estarán sentados Alberto Rojas ("La Lanza Rota", Premio Marcelo Paz 1995), Gabriel Merida y un tal Carlos Gaona. La conversación es moderada por el artista visual y escritor Sergio Alejandro Amira ("Identidad Suspendida").

¿Hablaremos de los aliancista-bacheletistas, o de wena naty, o del divorcio de los Sarkozy, o del verdadero destino y misión del FASAT-Alpha? Asistan, y lo sabrán.

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jueves, octubre 04, 2007
lanzado al mundo a las 11:23 a. m.
Estas son solo notas, links, recomendaciones. Algunos punteros, espacios, lecturas, personas, para agrandar la mente, ejercitar la materia gris, sacar a bailar las neuronas.

TED - Ideas worth spreading

UC Berkeley Courses Webcasts

Es gratis.

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martes, septiembre 04, 2007
lanzado al mundo a las 5:37 p. m.

A veces no se puede. No es cuestión de correción, trabajo o disciplina. Simplemente no funciona. No cuaja, no cierra, no conecta. Eso me paso con "La filosofia del fuego". Un cuento que nacio inspirado en el experimento de escribir mi propia version del clasico "Aterrizan en un planeta frio". Espero retomar el cuento, o al menos las ideas seminales. Quizas mutar un poco sus genes para que desde el nazca otra cosa, algo que en definitiva sienta mio.

La filosofía del fuego



"El Jardin Celestial muere silenciado por la Sagrada Entropia,
y su obra no es otra que la Creación,
pues Destructor y Creador son la misma fuerza,
el mismo inicio y el mismo fin"
El Libro del Ciclo


Hace mucho, sin duda en tiempos mas sencillos y tibios, el universo era un jardin perlado. Cada estrella era una cuenta ardiente del rosario con que fue pronunciada la primera oración. Cada pulsar y nova, era reflejo y eco del poder perdido y misterioso del Verbo.

Hoy no conocemos la Palabra. El Origen y su fuerza creadora, la música divina que mantenía en movimiento cada particula y onda, equilibraba las fuerzas, e iluminaba a los hombres, ha muerto. El Fin no ha llegado, pero se acerca.

Estamos rodeados de rocas secas, soles carbonizados, muertos. La entropia es destructora y silenciosa. Pero seguimos aquí. Todo decae y se desintegra, menos nosotros. Y eso no es casualidad. El Hombre esta llamado a asumir su semejanza. Este es nuestro destino, nuestra objetivo, la respuesta a todos los porque. Estamos aquí para balancear la ecuación. Somos y traemos el fuego.

La Misión es la cristalización de nuestro esfuerzo, el fin de nuestras vidas. La Obra que redime millones de años de ignorancia. Un acto de amor inconmensurable y definitivo. Todo eso lo se, y lo sabe mi linaje. Para eso he sido educado y fuimos educados todos. Para que en algún momento de nuestra historia, desde el viejo pergamino de nuestros genes, naciera la receptora de una epifanía. Hoy sucedió. Mi propia hija se acerco y me dijo "Padre, he visto El Camino, y era hermoso".

Mi hija es una Vidente. No era su destino, y en ningún caso su opción. En un cosmos donde la Providencia ha muerto, somos siervos del Caos. En el azar reside el secreto, y desde el secreto florece la labor sagrada de los Videntes. Hemos sido bendecidos por motivos ocultos e impronunciables, y por lo tanto, santos.


"Entre los Santos, las mas Santas;
entre los Justos, las mas Justas; son las Videntes,
y en cada uno de sus chacras llevan clavados la cruz de La Misión"
El Libro de Las Visiones


Dicen los libros que viene durante el sueño. Despiertas y la oscuridad de siempre se hace porosa. El tiempo deja de ser absolutamente continuo, y se vuelve ligeramente particulado e irregular. Como si la realidad adquiriese un sentido fractal hasta entonces vedado, oculto tras falsas percepciones. La materia se revela fragmentada, llena de agujeros y vacío. No hay geometría, solo patrones inhacibles y vaporosos. Luego esa bruma se mueve incluso a través de ti, y acelera sin realmente moverse. Vibras y ondulas a la vez. Una corriente musical parece sincronizarse con tu pecho, y desde el, un viento magnético te vuelve mas pesada. Primero sientes los ojos tibios, mas tarde ardes. Tu cuerpo no se consume, navega. Entonces lo entiendes. El fuego no puede quemarte, pues tu eres el fuego. Eres la flama, y brillas de formas desconocidas. No puedes moverte, porque no hay cuerpo que mover. Tampoco hay puntos de referencia, todo se funde en una luz inmaculada y terrible que lo cubre todo. Y la luz nunca se apaga. Entonces lo entiendes. Nunca mas oscuridad.

- ¡Padre!, grite desde mi habitación.

Intente levantarme, pero caí al piso. Creía haber perdido de alguna forma mis parpados.

-¡Padre!, repetí angustiada, con las manos desesperadas sobre mis ojos.

Sentí sus pasos. Identifique su silencio. Oli sus manos.

-¡Padre, he visto El Camino, y era hermoso!


"El universo agoniza y reclama la sangre de los Hombres;
y los Hombres ofrecerán el corazón de los Videntes,
y los Videntes serán el manantial y la ignición"
El Libro del Silencio


Hay teologos que especulan sobre la naturaleza del fuego, y por eso son respetados. Hay hombres de técnica que diseñan maquinas sagradas, y por eso son admirados. Pero nadie es reverenciado como una Vidente. Ellas son las únicas que han visto El Camino, y por eso, son la llave del Misterio. Mi hija es un prisma a través del cual, el cosmos caótico y moribundo, toma sentido. Comenzó con sus ojos ahora abiertos al reflejo de su propia mecánica creadora. Esa primera relevación es el Amancer del Vidente.

- Namaste, bienaventurado Wang-Fernandez - dijo el Pastor del Camino.
- Namaste, y gracias por compartir nuestras mesa - y luego de un gesto, tomaron asiento.
- Lamento ser tan directo -dijo en voz baja el clérigo-, pero supongo conoce la situación que hasta ahora enfrentaba La Misión. Por lo tanto, debo ir directo al grano, y le agradeceré hacer lo mismo.
- Por supuesto, entendemos que mi hija es la primera Vidente en mucho tiempo...
- Demasiado tiempo -interrumpió apresuradamente el Pastor. Y por eso necesitamos comenzar su preparación.
- ¿Cuando? - pregunto sorprendido, incomodo.
- Ahora mismo. Esta visita no es solo protocolar, buen-hombre. Ella debe acompañarme de inmediato. - Entonces el clérigo suavizo sus palabras- ¿Ella entiende que ha recibido la gracia del sacrificio?
- Sin duda, y no puede sino sentirse amada -respondió con orgullo. Ha estudiado los libros, y comprende su alto destino. -
- Excelente. Ahora, ¿podría darme un poco mas de eso que ha preparado su mujer?

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lunes, agosto 20, 2007
lanzado al mundo a las 11:28 a. m.

Primer capitulo




- Señorita Zoubek, buenos días. Estamos por llegar.

Eva Zoubek despertó, agradecio a la aeromosa y se acomodo en su asiento. A través de la ventana podía ver por primera vez los Andes. El avión descendio lentamente, y una ciudad se descubría a los pies de las montañas gris-azuladas.

- Este es el capitán. Arribamos según lo planificado, a las 8:45 de la mañana. La temperatura es de 6 grados centígrados. En nombre de la cabina y toda la tripulación, muchas gracias por volar con nosotros. Bienvenidos a Santiago de Chile.


- ¿Primera vez en Santiago, dama? - pregunto el taxista por el retrovisor.
- Si, y es bastante mas frió de lo que me esperaba - respondió Eva, mientras miraba con curiosidad el mosaico de industrias y parcelas al lado del camino. Reconocía la maquinaria soviética.
- ¿De donde es usted? Llevo trabajando harto tiempo en esto, y sabe, no le reconozco el acento. - El taxista al mismo tiempo tomaba undesvío y se rascaba la nuca.
- Soy chechoeslovaca, y el acento es cubano. Estudie un tiempo allí.
- ¡Ah, Cuba! Entonces usted es una de los nuestros... ¡compañera! - ambos soltaron una carcajada, la ultima hasta llegar al hotel.


Desde su habitación en el Carrera, Eva podía ver La Moneda. Sencilla, plana, gris; como Santiago. En la cama algunas maletas abiertas con ropa y libros. Sobre el escritorio, su maquina de escribir y un par de ediciones del Pravda. Frente a la ventana, con el pelo aun mojado por la ducha, miraba detenidamente cada balcón del palacio, esperando que algo sucediera. Salvador Allende no apareció. Desde los periódicos sobre el escritorio podía oír a su editor decirle "Otra señal de que no estas hecha para esto".

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viernes, agosto 10, 2007
lanzado al mundo a las 1:43 p. m.


"El universo agoniza y reclama la sangre de los Hombres"
El Libro del Silencio

"EL Jardin Celestial muere, silenciado por la Sagrada Entropia, y su obra no es otra que la Creación, pues Destructor y Creador son la misma fuerza, el mismo inicio y el mismo fin"
El Libro del Ciclo

"¡Alegraos por los Justos que encuentran el camino y siembran"
El Libro de la Noche

"Entre los Santos, los mas Santos; entre los Justos, los mas Justos; son los Videntes, y en cada uno de sus chacras llevan clavados la cruz de La Misión"
El Libro de Las Visiones

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domingo, agosto 05, 2007
lanzado al mundo a las 9:03 p. m.


Sin agujeros de gusano. Sin extraños conejos satánicos. Sin portales, incendios o vídeos de autoayuda. En silencio, en solitario, de noche. Se abre el cielo, pequeño y propio, y escucho una turbina. Caigo -hacia arriba- y me encuentro con mi pecho roto. Doce segundos a la izquierda habitaciones perdidas, inexistentes como ucronias. Ciudades abandonadas, hogares enterrados. Flores muertes. Solo queda lo que esta por venir.

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viernes, agosto 03, 2007
lanzado al mundo a las 12:41 p. m.


El universo es un lugar muy frio, pensó el taikonauta. Levantó el TzuPod, se amarrró las fibras al hombro y comenzó a descender.

El universo es un lugar deprimente, pensó el taikonauta. Abrió las compuertas, cavó y enterró el dispositivo. Antes de marcharse bendijo el lugar.

De vuelta en la nave, loggeo: "J.D. Wang-Fernandez. Planeta BCR-12, constelación del Grande Rio. Instalación 329. La Santa Helioformación fue iniciada. La Misión se retira".

El universo es un lugar sin estrellas, penso el taikonauta. "Por ahora".

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lunes, julio 23, 2007
lanzado al mundo a las 11:17 a. m.


Es 1815. El Monte Tambora, en Indonesia, despierta y mata a 70.000 personas. Se los lleva con furia la misma sangre de la tierra. Las cenizas en cambio, permanecen. Se quedan hasta un año después. Sin necesidad de internet, o Al Gore, el daño es global.

1816 es conocido como El Año Sin Verano. Mientras los agricultores en toda Europa corren contra las heladas, una chica de 19 años no puede salir a caminar por los jardines. Desde su habitación mira el lago. Que vacaciones son estas, piensa. Suiza parece adelantar el gris cuadro de la industrialización. Mary Shelly entonces escribe. No necesita la ayuda de su amante (si, la muy de seguro había perdido la virginidad en al menos tres maneras), ni de su amigo todo intelectual y filosofo. Ella puede, de hecho, ella puede mas que ninguno. Mientras ellos juegan, ella hace la revolución. Mary Shelley les patea el trasero a todos y publica Frankenstein.

Dos siglos después, casi se nos olvidaba que las chicas son superpoderosas. Y vienen a patearnos, nuevamente, el trasero. Traen sus pechugas gloriosas y una imaginación como de cuento torcido, para contarnos el mundo en-rosa. Están aquí, y no son la resistencia; son, y fueron siempre, la vanguardia.

Literatura fantástica de chicas, hecha por chicas como nunca antes lo vimos. Descarguen el numero 22 de la Revista TauZero. A menos que no tengan los ovarios suficientes.

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lunes, mayo 07, 2007
lanzado al mundo a las 8:23 p. m.

tercera parte y final




‐ ¿Sabes lo que es esto? - pregunto Max mientras sostenía por uno de los extremos el dispositivo.

‐ Eh.. es un... uno de esos.... eh... - Cristóbal lo reconocía pero no lograba armar una frase coherente.

‐ Te apuesto que alguna vez te enchufaste uno - dijo Max, mientras mojaba con su saliva los contactos.

¿A donde va todo esto?, pensó Cristóbal presa del pánico y la confusión. Claro reconocía el juguete. Era un empalmador neural. La mejor invención desde el menage-a-trois.

‐ Mueve tu culo y sientate al lado de la comevergas. Y tu hacele un espacio a tu novio.

Max con el arma en una mano y el dispositivo nervioso en la otra, cerró con una patada la puerta -aun sin cerrojo- y fue hacia el sillón donde la pareja compartía miradas hundidas en el fango de la vergüenza.

‐ Aprieta los dientes, maricon. - susurró Max, mientras ubicaba un extremo del cable en la base de la columna de Cristóbal, palpando con inusual cuidado la piel - Segunda... tercera... cuarta. Cuarta vértebra, aquí es. - entonces Cristóbal sintió como los conectores entraban en su piel como una fina vellosidad metálica, hasta sentir una sensación eléctrica indescriptible. Luego repitió el procedimiento con la chica. Ella...ella estaba acostumbrada.

Sin soltar el cañón, y con extraña habilidad, Max se quito el cinturón - blanco, lanudo, de alpaca. Como activada de forma remota e inalámbrica por una pulsión hardcodeada -sin orden verbal, mirada o seña alguna- la chica cambio de posición, y a vista de Cristóbal, se puso en cuatro sobre el sillón. El cable del empalmador cedió membranoso como un cartílago extensible, y pese a la mayor distancia no parecía tensionarse. Max golpeo con energía, a palma-abierta, los muslos de la chica apenas cubiertos por su falda. Ella hizo un ruido. Cristóbal sintió una cosquilla sonica. Max saco su pene, erecto y furioso. La chica no le quitaba los ojos. Cristóbal cerro los ojos y salivó. Ella movió las caderas y levanto el trasero. Cristóbal no veía, solo oía. Max puso dos dedos en la entrepierna de la chica y abrió sus pliegues. Ella, húmeda, gimió. Cristóbal se aferro a uno de los lados del sillón y soltó un grito inconfundible de placer. Max, sin penetrarla, se puso detrás de ella.

- ¿Te gusto, ah, mierda? - dijo el chulo sin quedar claro a quien se dirigía.

Y es que eran sensorialmente una sola entidad, compartiendo gracias al empalmador, texturas y paisajes dermicos. El dispositivo, llamado tambien Exonervio de Varela, enlazaba canales espinales hasta crear un mosaico sexual, copiado y pegado con mielina. Estampidas de neurotransmisores iban desde la chica a Cristóbal. El sentía como propia la calentura de la Una, sus pezones duros, ese cuello sensible y descubierto. Deseaba ser penetrado, a través de ella, por Max. Era asqueroso -lo sabia- y quería mas.

- Esto les va a gustar mas, putos ‐ y el chulo se hundió en ella.

La Una lo disfrutaba. No tenia alternativa. Su corteza, su hipotálamo, su grilla dérmica, todo fue configurado para el placer. Para sentir placer, para desear placer, para -a toda costa- ser objeto de placer, y denuevo, querer mas placer. No tenia pudores o dignidad. El sexo con ella siempre era consesuado, aunque en realidad no lo fuera. Ella siempre estaba dispuesta a ser tomada, y desconocía de abusos. No era violada: solo se divertía ‐ a su pesar ‐ con el sexo duro. Ella - tristemente - no sabia de limites.

Cristóbal se sentía poseído por un placer sucio e irresistible. Su conciencia se comprimía al ritmo de la pelvis de Max en un solo punto luminoso y sonoro. Caminaba -con una .45 apuntandole en la cabeza- hacia un gemido femenino y ondicular que no le pertenecía. La chica, sonrojada, acalorada, comenzó a agitar suavemente sus alas - se acercaba al clímax. Cristóbal entonces sintió algo fuera de lugar. La marea de placeres culpables transferidos por el empalmador creció. Mas que una onda, sentía una corriente muy caliente que serpenteaba sin dejar de engrosarse. Intentó abrir los ojos, pero sus párpados se sentían pesados, mielificados. Comenzó a caer, a zozobrar. Se ahogaba de maneras nuevas y exquisitas. Las alas estaban por abrirse.

Derrepente el exonervio chistó. Para Cristóbal fue un sopor - como un espacio en blanco seguido de un sonido agudo, breve. Mientras que para Max fue el sonido de la venganza. Fue el derrumbe de un nanodique entre dos identidades terminales. El chulo había removido el filtro intermedio. Ahora el orgasmo en ciernes podría trasladarse integro entre ambas espinas, y freir el cerebro de Cristobal en el proceso. El orgasmo de una chica lanzado contra un cerebro masculino era un arma con efecto vegetativo permanente.

La Una separo sus piernas tan solo un poco, como ofreciendo su entrepierna rosada, su carne perfecta. Respiraba brevemente, entre-jadeos. Max, que conocía casi de memoria y por deformación profesional los tiempos de la chica, desde un bolsillo saco una píldora. Era un momento perfecto para ello. La chica acabaría con su cabeza entre los cojines, mojada, mientras Cristóbal, ese hijo de punta, quedaría estático, de por vida. Quería disfrutar ese, y otros placeres mas obvios, así que trago la droga.

En unos milisegundos todo comenzó a ir despacio. Muy despacio. El chulo veía la realidad desde lejos, en cámara lenta. Pensaba casi en termino de fotogramas y cada movimiento se extendía indefinidamente. Disfrutó por semanas cada vez que se introducía en la chica. Se burló durante años de la patética suerte de Cristóbal. Descubrió la suave caricia de cada una de las fibras de alpaca que rozaban sus talones, por días. Pero de alguna forma, un gato -el de Cristóbal- lo sorprendió. Atraído por los charcos de café, el felino entro sin anuncio en escena y le recordó su fobia mas primitiva e infantil. Max -por siglos- intento controlar una ansiedad galopante, sin darse cuenta como en cuestión de segundos -esos otros segundos- la chica tomo el arma y disparó. La bala demoro dos mil años en atravesar cada una de las capas corticales, y Max estuvo allí, sintiendo en detalle el estallido salvaje de su materia gris. Para entonces -es decir un minuto después- ella se había marchado dejando atrás a dos hombres desechos.

- Me llamo Antawara y sere tu dueña.

El gato respondió con un maullido. El ascensor abrió sus puertas. Primer piso.

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domingo, mayo 06, 2007
lanzado al mundo a las 1:01 p. m.

segunda parte




En efecto: era perfecta. Había sido armada para serlo. Era un objeto de placer viviente, húmedo y artificial. Un coctel de lo orgánico y electrónico. Era Una ‐ una puta escapada de la imaginación de Mary Shelley. Un pantano de componentes diseñados, órganos robados por las noches, tejido cultivado en serie y algún cerebro secuestrado y formateado.

‐ ¿Eres Una? ¿Porque mierda no me lo dijiste? - Cristóbal grito iracundo. Simultáneamente era acosado por una imagen sangrienta que involucraba Max, un machete y sus testículos.

‐ ¡Porque no quiero ser Una! Quiero ser otra. Quiero... -comenzó a sollozar- quiero ser yo ‐ y estallo en llanto.

El cerrojo cayo al piso junto a parte de la puerta. Max entro al departamento con la bota derecha por delante. Cristóbal entre cómico y patético solo atino a decir “hola”. La chica aun sostenía ‐entre sudores fríos - la cafeína.

‐ ¿Y tu quien fuck eres, ha? - vocifero el chulo lleno de desprecio gansteril.

‐ Nadie... no soy nadie. - tartamudeo Cristóbal mientras se alejaba de Max, lenta y cuidadosamente; como un camión en reversa pero sin señalizar.

‐ ¿Eres nadie o no eres nadie? - volvió a preguntar - Que mierda mas simpática eres ‐ añadió con la gracia y humor de una hiena nocturna acechando en medio de la sabana.

‐ Soy un nadie...nadie. No tengo ningún problema contigo.. con usted, señor... porque claro, no lo conozco, y si no lo conozco, no podemos tener desacuerdos y sin desacuerdos... - improvisó Cristóbal, mientras tropezaba con los libros tirados en el piso.

‐ Callate y sientate. ‐ le ordeno Max a Cristóbal ‐ Y tu dame eso que tienes en la mano ‐ era el turno para obedecer de la chica ‐ y ve al sillón ese. ¡Ahora, perra!

Max se sentía, como siempre, poderoso. “¿Café? ¿Cuantas veces te he dicho que no tomes esta mierda, zorra? Los dientes, zorrita. Los dientes los termino pagando yo”. La chica temblaba. Cristóbal trataba de recordar si había pagado la prima del seguro.

‐ ¿Tu le diste este ensucia-dientes a la cochina esta? - preguntó Max, mientras caminaba lentamente hacia Cristóbal.

‐ Eh, creo que ella lo tomó sola, eh... - respondió.

‐ ¿A si? - le dijo a Cristóbal mientras se agachaba frente a el, con el tazón en su mano ‐ Mira tu, la conchita tiene iniciativa. ¿Que bueno no? - interrogo Max.

‐ Eh... - Cristóbal no sabia que responder.

‐ ¿Eh? ¡Responde! - grito Max, con sus pulgares presionando la sien de Cristóbal.

‐ Digo, digo... digo que si, supongo que si, la.. la iniciativa es buena.. es... - improviso denuevo.

El chulo lo miró en silencio directo a los ojos, sin dejar de presionar con sus manos masivas el cráneo. Luego miro a la chica, sentada en el sillón rojo que dominaba el piso. Max volvió su rostro y sin aviso alguno -ademas de sus enormes pupilas excitadas- golpeo la nariz de Cristóbal con su cabeza. Sangre al piso, gota a gota. Con fuerza lanzo el café contra el muro. La chica salto del susto.

‐ Conchetumadre. Ella no puede tener iniciativa, porque si la tiene, se creería persona. Y eso no es bueno para el negocio. Ella es Una. Es algo, no alguien. No tengo idea como la trajiste hasta aquí, que trucos usaste, etcétera. Y no quiero saber. No me interesa. ¿Y sabes porque? Porque lo único que tengo en la cabeza ahora son los 70.000 dólares que deje de ganar porque esta no estaba cogiendo donde debía ¿Perrita de mierda - dijo dirigiendose a la chica- sabes cuanto semen tendrás que tragar para recuperar la plata que podríamos haber ganado con esa reunión de directorio? Y tu ‐ volviendo sus ojos enfurecidos a Cristóbal- preocupate por que la cuenta tiene tu nombre, perro.

Max saco desde el bolsillo de su chaqueta un arma calibre .45; mango plateado y cañón transparente. El gatillo estaba enchulado con neón. “No te preocupes, que no voy a gastar balas contigo, hijoputa. De hecho, nos vamos a divertir”. Acto seguido, desde el otro bolsillo, saco un pequeño estuche de terciopelo púrpura. Lo abrió, y desde el apareció un cable sucio, grueso y anudado como intestinos.

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viernes, mayo 04, 2007
lanzado al mundo a las 11:58 a. m.

primera parte




Era tarde y la noche, densa y oscura, se comprimía bajo gotas de lluvia demasiado gruesas que precipitaban violentamente, como pequeños luchadores de sumo en plan suicida contra la ciudad.

En el tercer hotel mas caro de la capital, un salón palpitaba con basura corporativa. En el cientos de asistentes se reunían en una comunión comercial circunstancial y abiertamente cínica. Portavoces del biosoftware, artesanos genéticos, brokers de electroplantaciones. Todos al fin y al cabo enemigos peligrosamente armados con marketing.

Cristóbal no prestaba atención pues era un profesional. Entendía que mas alla de los rituales tribales, nadie se tomaba el espectáculo en serio. Pura charlatanería vendedora de revoluciones, como todas, fallidas. La exhibición, y toda su fauna, no era otra cosa que un televisor con dos mil canales: todos sintonizando estática. Aburrido y algo aturdido, buscó la salida.

Una vez afuera, se acomodo la corbata e intento ordenar su cabello. Tiró, a penas pudo, dos bolsas llenas de memorabilia panfletaria.

El ascensor llegó sin siquiera llamarlo, y dentro -con el abrir de sus puertas metálicas y bruñidas- descubrió un resplandor azulado muy frío y sensual, contenido en la forma de una serpiente tatuada. La imagen de inspiración nahuatl descansaba en la espalda morena de una chica alada.

‐ Hola. ¿Tienes fuego? - dijo ella.

‐ No, sorry. No fumo.

‐ Super. Yo tampoco. ¿A donde vas?

‐ A mi departamento.

‐ ¿Compartamos el taxi? Voy al mismo lugar.

Segundos mas tarde caminaron a través de la brisa sonora de un eletrotango en vivo, que desde el bar, acariciaba el lobby del hotel. Subieron a un taxi y recorrieron laberintos metropolitanos salpicados por enormes plasmas y perros vagos. El conductor hizo algunos comentarios imprudentes sobre las alas de la chica y trató de clasificar a las mujeres -y su decencia- por el color y tipo de ese nuevo accesorio bionico impuesto por la moda. Cristóbal, a cuadras de llegar, notó que la chica no llevaba ropa interior; acto seguido, agradeció a Dios.

Abajo del cuatro-ruedas y frente al portal de mármol y ratan, una torre cubierta de enredaderas abría sus puertas automáticas. Justo cuando la pareja de desconocidos entraba, algo se quebró en el cielo y comenzó a llover aun mas fuerte. La chica se mantuvo silenciosa y solo emitió un suspiro de alivio frente al departamento de Cristóbal, justo antes de entrar.

Al fondo del primer piso, enfrentado a la puerta roja de la entrada, pasando unos mandalas de luminosidad alógena y debajo de tres telares mapuches, había un pequeño edén ciclotronico perfumado con sándalo. La chica, a pesar de la tormenta, podía oír el respirar suave y ligero del pequeño jardín de computadoras. Cada una de ellas descansaba sobre un bastidor de madera, con sus raíces electrónicas colgando - suspendidas y lamiendo un liquido espeso, proteico, conductivo.

‐ ¿Son hidroponicas? - pregunto la chica mientras se paseaba coqueta por la terraza.

‐ Si, prefiero las computadoras limpias, sin sustrato fijo. - respondió Cristóbal - Con la tierra podría tentarse mi gato - dijo mientras acariciaba con sus dedos las maquinas floridas.

El huerto parecía nacido desde la manzana final y profética de Turing. Las espinas eran diodos luminosos, las hojas delgadas capas de silicio con nervaduras doradas. En algunas -las mas bellas, las cuánticas- florecían hermosos nanocircuitos nacarados.

‐ Los gatos me recuerdan a Max. El los odia - susurró ella con amargura. Cristóbal no la escuchó.

Luego de un par de segundos incomodos -con silencio y miradas furtivas- la chica fue a la cocina por un café. Quería una gran tazón de grano egipcio - negro y muy frío. Sus ojos ligeramente altiplanicos lucían sensuales, melancólicos, y pertenecían a una princesa india testigo de alguna antigua masacre. Cristóbal inmóvil observo su triste y hermosa figura, y excitado por sus pechos perfectos, paso de la ternura a la obscenidad del deseo. Los tatuajes tornasoles que recorrían su espalda semidesnuda, lo tenían salivando. Entonces alguien golpeo la puerta con violencia servotaurina.

‐ ¡Es Max! - dijo ella, súbitamente desesperada.

‐ ¿Quien es Max? - pregunto Cristóbal dirigiendose a la puerta.

‐ ¡No abras! - exclamo la chica. Desde sus ojos se escapaba un horror viejo, conocido y terrible.

‐ ¿Quien es Max? - volvió a preguntar Cristóbal mientras la puerta parecida ceder.

‐ Max ‐ respondió apenas a media voz - es mi dueño. Soy Una.

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viernes, marzo 23, 2007
lanzado al mundo a las 11:53 a. m.
Las grandes alamedas, la ciudad completa, le pertenece a la sonoridad motora y mecánica. El resto, son y somos, recuerdos casuales y circunstanciales, de una historia demasiado antigua, larga y residual. Somos una molestia, un mal que destruye los modelos matemáticos, las simulaciones estadísticas. Estamos para romper los cristales líquidos de la tecnocracia empoderada que sueña con un mundo que funciona - bello y perfecto como una ecuación. Pero nos resistimos y las piezas no cuadran, los engranes ceden, la realidad colapsa. Atrapados en los intestinos de la maquina, un niño observa las veredas y llora.

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jueves, febrero 08, 2007
lanzado al mundo a las 3:37 p. m.
los simpsons lo dijeron: la internet esta llena de pornografía. y los blogs no hacen mas que acentuar eso al construir un gran y orgánica malla de vidas expuestas, de conversaciones antiguamente susurradas o mentales, hoy por altoparlante. get used to it: pasamos de un mundo de consumidores de contenido, a una generación brutalmente generadora de contenidos. somos productores y escritores, poetas y artistas, de las letras, de las imagenes, del código.
si, somos una generación pornografa. eliminamos los limites entre ellos y nosotros. queremos vivir en un mundo pequeño, familiar, y para eso tomamos cada hebra posible para tirarlas y concentrarlas todas en un solo punto radiactivo y mutante. en el estamos todos, mirando y siendo observados. ya no hay estrellas o héroes. nos orinamos sobre los mármoles.
odiamos la televisión y nos encanta poder odiarla. y mientras, aquí continuamos cubriendo de basura la web. y la web no es otra cosa que un gran campo de batalla de ideas y frases, donde acabamos desangrándonos hasta encontrarnos.
si, soy pornográfico: miren mis entrañas.

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