Quedan menos de 3 horas para salir nuevamente de Antofagasta camino a Santiago. Sentado en mi pieza el calor es asfixiante, y el paisaje no mas que un basurero demasiado adolecente. La verdad es que he dormido muy poco y mi cabeza se esta volviendo una carga mas que una herramienta.
Mas de 4 horas de sueño no tengo. El resto de la noche y madrugada la pase frente al monitor programando y diseñando.
El dead-line esta mas que encima, lo que significa que he llegado al borde del abismo. Ahora no queda otra que abrocharse los calcetines, besar en la frente al pasado y saltar.