viernes, junio 17, 2005
lanzado al mundo a las 3:46 p. m.

PD: Adelanto de una columna de proxima publicacion en el Economia y Negocios de El Mercurio.


Duopolio


Tengo una tesis. Es personal. No esta validada por ningún think-tank. Puede ser antojadisa y hasta pretenciosa. Pero para mi, es evidente que la baja participación electoral de los jóvenes es un problema de mercado.

Con ustedes la demanda: Proyectos-pais se buscan. Jóvenes necesitan propuestas creativas a los desafios actuales y futuros frente a la distribución del ingreso, la desigualdad de oportunidades, la economía global, el medio ambiente, la cultura y todo lo intermedio. Se busca capacidad de formar grupos de trabajo ad-hoc de forma flexible según la naturaleza del proyecto. Buenas capacidades interpersonales con compañeros de equipo son necesarias. Se privilegiara aquellos que tengan experiencia en temas como transparencia, tolerancia y participación. Se requiere disponibilidad inmediata. Se ofrece el mas grato y estable ambiente de trabajo en el barrio, horarios flexibles y la oportunidad de hacer algo extraordinario.

¿La respuesta? Clase política ofrece nuevos candidatos que revolucionaran el pais. Larga experiencia en sector publicos y privado. Humanistas, progresistas, liberales y conservadores a su elección. Menos el humanista por que las minorías son desestabilizadoras y molestas. Gran trackrecord logrando pequeños acuerdos políticos. Capacidad de soportar relativamente bien a nuestros socios en publico. Acabado conocimiento de la teoría del cuoteo y tácticas militares orientales (generalísimos y samurais incluidos). También le hacemos a la masilla, el scotch y la conveniencia para construir coaliciones solidas y amplias identificadas por una votación de fines de los 80 que dividió a un pais que ya no existe. Consulte por disponibilidad en su oficina de registro electoral mas cercana. Si no conoce el proceso, lo sentimos. ¡Siguiente!

Hay una disociación entre los jóvenes y el sistema que no tendrá solución mientras mantengamos una democracia binominal, no representativa, que se protege de sus propios ciudadanos. La indiferencia no es con la política, si no que con un sistema de partidos que obligada a ordenarse binariamente alrededor del eje Si/No y que excluye sin vergüenza a un 10% por que “desordena el modelo”. ¿Hasta cuando el campeón del liberalismo económico continua regulando el mercado del poder?